Nuestra Historia… (I)
Quesos Vega Sotuélamos fue constituida en el año 1998 por una casualidad como casi todo en la vida…
Dos amigos que habían compartido ilusiones, proyectos, y una gran amistad llevaban tiempo disfrutando en casa del queso que Pedro traía desde una fábrica artesanal cercana a su pueblo, Munera, una pequeña pedanía llamada Sotuélamos (El Bonillo).
El queso en cuestión se llamaba Vega Sotuélamos. Desde el año 1985 leche se transformaba en queso en una pequeña casa junto al río Sotuélamos. Cuenta el maestro quesero que, por aquél entonces, llegaban a juntar cuatrocientos litros de leche de oveja en un día, y que poco a poco fueron completando cubas y extendiendo el queso por la comarca, llegando a adquirir un cierto prestigio.
Dicho reconocimiento y el incremento en las ventas empujaron a los entonces propietarios a iniciar una ampliación de las instalaciones con la construcción de una nueva fábrica con una cuba mayor, cámaras frigoríficas más amplias y una tienda por la que cada vez y de forma más asidua acudía la gente a por su queso.
Este proyecto que, imaginamos se haría con la mayor ilusión y la esperanza de dotar a la marca de una mayor vida, estuvo a punto de suponer lo que podría haber sido su fin. El gasto que supuso la inversión en la nueva fábrica y los intereses que por aquel entonces se contaban con doble dígito fueron mermando la salud de la empresa que quedó prácticamente paralizada por falta de materia prima.
La noticia llegó como un jarro de agua fría para el par de amigos tanto por lo personal, pues con los años habían conocido a los diferentes socios, como por el queso, que muy posiblemente no volvieran a ver en su mesa.
Y aquí la historia tomo un giro inesperado, amigos que no sabían de queso más que como degustarlo, deciden con más corazón que cabeza adquirir la propiedad de la fábrica y poner en marcha Quesos Vega Sotuélamos S.L., con una único objetivo: seguir haciendo el queso que tanto les gustaba.
Los primeros años fueron duros, muy duros: recuperar la confianza de los ganaderos, ponerse al frente de una fábrica sin ningún tipo de experiencia, y sobre todo crear una red comercial desde prácticamente cero, pues los últimos años habían ido lastrando los pocos clientes que quedaban.
Muchas puertas se cerraban, pero de vez en cuando una puerta se abría y la esperanza seguía viva: ahora sabemos que no nos podíamos quejar… fueron finalmente muchos los que ayudaron y dieron una oportunidad para demostrar que Vega Sotuélamos era un gran queso que no podía dejar de llegar a la gente.
Una factor determinante fue el prestigio que había adquirido el queso pues, aunque la materia prima escaseaba en la última etapa, mucha gente no había olvidado su sabor.
Continuará….